EMILIO GONZÁLEZ SAINZ
España, 1961
Emilio vive una vida desdoblada entre sus paseos y su frecuentación de libros, mapas y relatos. Desdoblada y fluida, pues parece ver los acantilados con los ojos de Friedrich, pero también, cuando mira cuadros o estampas en los libros, pareciera como si caminara por ellos, aspirando aromas y sonidos. Lo emplea como activación, como excitación serena de algo que ya le pertenece. Es selectivo y exaltado, humilde y fanático. Sus obras están forjada por estos cuatro valores, a los que en la actualidad, se debe añadir otro y que no es otro que la certeza de quien sabe bien lo que se trae entre manos, y eso le posibilita disfrutar de sus obras, hasta el punto de salir a pasear por sus propios cuadros o acuarelas. E.G.S. entra y sale por unos paisajes que además de ser comunes a muchos de sus maestros, son los suyos propios. Pinta cosas y lugares que conoce, junto a los que desconoce pero imagina.