IVAN VALLALOBOS

Chile, 1975

PERVE GALERIA

Pensar y mirar la obra de Iván Veliz Villalobos es un intento por llegar a las evidencias de una excesiva corporalidad, a una superabundancia de pieles, estómagos, vasos sanguíneos, pulmones, ojos, corazones, masa muscular, fisiologías alucinatorias, arterias de la incertidumbre junto a pliegues faciales que no tienen límites de extensión.  Reforcemos esto con un planteamiento de Jean-Luc Nancy: “El cuerpo no está vacío. Está lleno de otros cuerpos, pedazos, órganos, piezas, tejidos, rótulas, anillos, tubos, palancas y fuelles. Está lleno de sí mismo: de todo lo que es”. Una amalgama de anatomías se reúnen para respirar en el papel y cartón, corpus blanco que está a la espera de ser contaminado por las acrobacias de seres que no dan tregua a la mente del artista.

Su obra navega evidentemente por el territorio surrealista, el automatismo psíquico, para elaborar montajes en escenas casi teatrales, donde no hay nada previamente establecido, son mundos que van surgiendo como un dictado delirante.

Sus personajes existen, y sugieren un diálogo, aparentemente, en un lenguaje inconexo, pero conectado de forma poética.