TERESA MORO
España, 1970
Parte de su producción se centra en la representación de objetos pero desde un punto de vista inseparable de existencia material y sentimental.
Todos lo hacemos, pero los creadores con mayor intensidad, de forma más consciente. Piensan con las manos, con las herramientas con las que cortan, pintan, doblan, rodeados de objetos que han seleccionado para dar forma a un lugar de trabajo: piensan en, y con, un lugar. Lo mismo que crean en la cama, mientras sueñan, en un espacio que queda al margen de la previsibilidad lógico-verbal. Teresa Moro nos ofrece una colección intimista de delicados gouaches con los que delinea los estudios o los pequeños muebles auxiliares de artistas, y aquellos mobiliarios de los que se rodearon. Son imágenes que evocan un contacto sensual, multimodal, con los objetos que podrían desencadenar, restaurar, los recuerdos de otra persona con la que desearíamos tener afinidades. Hay una forma de pensar en imágenes, o de sentir con una materia, con unos objetos determinados, que no se puede transcribir en palabras.