Carlos Cartaxo
Valladolid, 1978
Presentado por SHIRAS GALERÍA
Carlos Cartaxo pinta, dibuja y construye relieves tridimensionales de madera que dispone después sobre la pared, exacerbando así la naturaleza objetual de la pintura. Estas últimas obras, en sus formatos pequeños, pueden sugerir objetos como escudos, aunque en sus tamaños más grandes llegan a adquirir una gran complejidad, sugiriendo entonces maquetas arquitectónicas con paisajes incorporados y vistas desde arriba. Estos relieves de madera están pintados con pintura acrílica y después barnizados, lo que les da un acabado entre futurista y artesanal. Cartaxo también pinta pinturas pequeñas y complejas, cercanas a las del alemán Thomas Scheibitz, aunque de atmósferas más cálidas y con colores más apagados. Todas sus imágenes parecen surgir de la experiencia de la arquitectura y el diseño contemporáneos y de la vida en la ciudad, en interiores repletos de cables y conductos. La suya es una pintura auto-referencial y metalingüística, que funciona como una máquina perfecta y supone una apoteosis del medio en una emocionante búsqueda de nuevas imágenes o vocabularios. Por último, sus collages sobre papel milimetrado, de la serie titulada Territorios, tienen algo de diagramas o planos arquitectónicos. Nos ofrece con ellos estructuras muy complejas, que como las imágenes cubistas, parecen presentar simultáneamente distintos puntos de vista, combinado aspectos de planos con otros de elevaciones. Esta ambigüedad subraya finalmente su naturaleza autónoma.